Y a los 30, mamá

Estas semanas he estado de "Rodriguez" trabajando mientras mi marido y los niños estaban en la playa con mi suegra. Ya me tocaba volver al mundo laboral después del embarazo y de casi año y medio en casa con los peques y la primera oportunidad ha surgido para una sustitución de vacaciones y he decidido aprovecharla. Ni que decir tiene que los he echado muchísimo de menos pero también he decidido aprovechar esas tardes a solas para hacer cosas que casi nunca hago: - He llamado a la chica que me ayuda en casa para aprovechar que la casa estaba sola y me pudiera hacer una limpieza a fondo que ya tocaba. He lavado cojines, cortinas y he encerado el sofá y las sillas de piel. - He organizado bien los cajones de ropa de todos. Quitando y guardando lo que a los niños les queda pequeño o ya no se van a poner. - He salido con mi hermana las dos solas que hace tiempo que no lo hacíamos y sienta muy bien. - He aprovechado para darme duchas muuuuy largas, tirarme en el sofá a leer,...

Echando la vista atrás en el blog me he dado cuenta lo poco que os he hablado del gordi desde que nació (aunque como ya os he dicho mi tiempo es bastante escaso). Mi gordi, que ya tiene 16 meses y 6 dientes, que pesa más de 12 kilos y que es rubio rubisimo. Que es un bebé muy inquieto, que no para un segundo y que le gusta trepar y subirse a todo lo que puede aunque sea a costa de su integridad física y de que a mi me de un infarto en cuanto lo veo. Al que no puedo perder de vista ni un momento porque en cuanto me doy la vuelta, me la lía y desde que a aprendido a andar cuando no lo escucho es porque está haciendo algo malo. Mi gordi que es un poco (bastante) bruto y le gusta jugar con los juguetes de su hermano antes que con los suyos, que le encantan los cuentos y te los acerca para que se los leas y se hace entender muy bien aunque solo diga cuatro palabras. Que come y duerme bien aunque a veces se siga despertando por la noche reclamando su gasita, bracitos o dormir con nosotros...