Y a los 30, mamá

  En el mes de Junio, justo antes de acabar el curso escolar, nos tocó volver al CADIS para que valoraran al Rubio con el resultado de sobredotación intelectual.  Si el resultado de su hermano ya me sorprendió por no esperarlo, este me dejó literalmente con una risa nerviosa donde lo mismo reía que lloraba.  Y digo que no me lo esperaba porque, aunque sí había observado ciertos detalles que me hacían sospechar bastante de altas capacidades, no tiene la intensidad que tiene el Pelirrojo como os contaba aquí en su momento. El Rubio es un niño nervioso, muy ágil, que no para de moverse, que sigue con facilidad los temas de los que habla su hermano o los que ve en las noticias y que en clase tampoco molesta y se lleva bien con todo el mundo. Pero no tiene ese "runrún" constante en la cabeza como le pasa al Pelirrojo y no nos acribilla a preguntas. Él tiene sus propias formas de resolver sus dudas y sabe muchísimo más de lo que cuenta. Por ejemplo, las matemáticas se las bebe y v