Volvemos a la carga y os cuento el viaje que hicimos a mediados de diciembre con los niños a Basilea y Zurich.
Desde Sevilla, hay vuelo directo a Basilea y el trayecto dura unas dos horas y media así que no se nos hizo nada pesado.
Una vez allí, hay que pasar por aduana por lo que la cola a veces puede ser un poco pesada, así que ir mentalizados.
El aeropuerto tiene unas combinaciones buenísimas de transporte publico y además si te alojas en la ciudad, te dan la Basel Card con la que tienes acceso gratuito a todo el transporte publico y descuentos del 50% en los museos.
Nosotros nos quedamos en el Novotel Basel City que está muy bien para ir con los niños porque cuentan con todo tipo de facilidades y son totalmente "kid friendly". De hecho, cuando llegamos, tenían un paquete con chuches y un pequeño juguete esperándolos en la cama si que estaban encantados.
Lo primero que hicimos fue dirigirnos a unos de los principales mercados navideños (hay 2) para ver el ambiente. Cogimos el tranvía que nos dejó en el mismo mercado y a disfrutar porque tenia un ambientazo. Son mercados pensados y hechos para la gente de allí y lo disfrutan muchísimo. Hay comida, vino caliente (que es lo típico) y chocolate caliente tambien. Una cosa que me resultó curiosa es que no te dan vasos de plástico. Pagas unos 2€ por una taza y te la van cambiando por otra limpia en los puestos donde paras. Si luego no la quieres, te devuelve el dinero. Como veis, una manera fácil y limpia de cuidar el medio ambiente.
Al día siguiente, pasamos el día entero recorriendo Basilea. Fuimos a la plaza de la catedral, donde este el otro mercado navideño y una zona exclusiva para niños con un montón de actividades por hacer. Por cierto, en la catedral, que es muy reconocible por su color rojo, tenéis la tumba de Erasmo de Rotterdam, pero estad atentos porque es muy, muy sencilla y pasa totalmente desapercibida.
En la catedral, puedes subir a las torres. Si tenéis niños muy pequeños, no os lo recomiendo pero si no, es una experiencia muy chula para ellos ¡los míos fliparon! y tienes unas vistas muy bonitas.
En la parte de atrás de la catedral, está el claustro y da al río por lo que si hace un buen día, puedes sentarte allí y admirar las vistas.
Basilea tiene un montón de museos que disfrutar con niños, pero estad atentos a los horarios porque suelen cerca mas temprano que lo estamos acostumbrados aquí.
Nosotros fuimos al de Historia Natural porque a mis hijos les encantan los animales y pudieron ver esqueletos de dinosaurios, tocar las pieles, o jugar a ser arqueólogos. Con la Basel card, ellos no pagan y los adultos solo la mitad.
Otra cosa que no os podéis perder es la fuente cinética de Jean Tinguely. Yo estaba deseando verla y a mis hijos les flipó!
Basilea conserva tres puertas antiguas de entrada a la ciudad de cuando estaba amurallada sobre el 1.400, y de ellas, la mas espectacular es la Spalentor. Podéis ir paseando hasta dar con ella y admirarla bien.
Por ultimo, fuimos a ver al ayuntamiento situado en el casco antiguo. Destaca su fachada en color rojo y adornada con pintura y en el interior la salas del consejo, el patio, las arquerias y la torre.
El segundo día cogimos el tren a Zurich que nos dejó en la estación central. El viaje dura alrededor de una hora así que no se hace nada pesado y una vez allí, la calle que sale justo enfrente es una de las calles principales del centro. Subiéndola, llegas primero a la iglesia de San Pedro, una de las cuatro más famosas de la ciudad por su torre del reloj que es uno de los mayores del mundo.
Siguiendo, llegamos a la Fraumünster, iglesia famosa por sus vidrieras realizadas por Chagall y Giacometti.
Justo en la parte trasera, está el río Limmat que divide la parte este de la oeste de la ciudad. Cruzando el río, está la Catedral o Grossmünster que es la iglesia más emblemática de la ciudad. En su interior tambien hay vidrieras realizadas por Augusto Giacometti y puedes subir a sus torres para tener una vista privilegiada de la ciudad (aunque nosotros no pudimos hacerlo porque estaban preparando la iglesia para un funeral de un antiguo futbolista famoso)
Andando por esta acera y siguiendo el curso del río (que, por cierto, es apto para el baño), llegamos al mercado navideño de Wienachtsdorf situado frente al edificio de la Opera que es una maravilla. Puestos para comer y beber, tiendas de artesanías, música sonando y una gran pista de hielo para disfrute de pequeños y mayores. Si el día acompaña, os recomiendo para y comer allí alrededor del gran árbol de navidad que está en el centro de la plaza, o a cubierto, al lado de la pista de patinaje que es lo que hicimos nosotros.
Después, os recomiendo bajar dando un paseo por Bahnhofstrasse, otra de las calles principales para deleitarte con su decoración navideña. En ella nos encontramos un pequeño tranvía conducido por Papa Noel, donde solo podían ir niños con unos monitores que van cantando y jugando con ellos.
Por esa misma calle se llega a Wendmuller Platz donde está el famoso Christmas Singing Tree que fue una de las cosas que más me gusto. De verdad que os recomiendo no perdéroslo para vivir una experiencia navideña total.
Y con niños, es parada obligatoria ir al Museo Nacional de Zurich a ver el espectáculo Iluminarium (buscarlo en Youtube para haceros una idea). Las entradas las puedes sacar con antelación por internet porque va por horas y tiene acceso limitado.
Para acabar el día, volvimos a la estación de tren para disfrutar del otro mercado navideño de la ciudad (este a cubierto) con más de 150 puestos y del gran árbol decorado por Swarovski que es una autentica pasada.
A la mañana siguiente, ya cogimos nuestro vuelo de vuelta a casa, pero ya veis que son unos días bien aprovechados y que con pocos días os podéis hacer una idea de lo que la ciudad.
Espero que os haya gustado el post. En mi perfil de Instagram, tenéis un destacado llamado "Basilea&Zurich" donde podéis ver los fotos y videos que hicimos esos días y cualquier pregunta o duda, dejádmela por aquí, que esté encantada de contestaros.
Besos!.
Desde Sevilla, hay vuelo directo a Basilea y el trayecto dura unas dos horas y media así que no se nos hizo nada pesado.
Una vez allí, hay que pasar por aduana por lo que la cola a veces puede ser un poco pesada, así que ir mentalizados.
El aeropuerto tiene unas combinaciones buenísimas de transporte publico y además si te alojas en la ciudad, te dan la Basel Card con la que tienes acceso gratuito a todo el transporte publico y descuentos del 50% en los museos.
Nosotros nos quedamos en el Novotel Basel City que está muy bien para ir con los niños porque cuentan con todo tipo de facilidades y son totalmente "kid friendly". De hecho, cuando llegamos, tenían un paquete con chuches y un pequeño juguete esperándolos en la cama si que estaban encantados.
Lo primero que hicimos fue dirigirnos a unos de los principales mercados navideños (hay 2) para ver el ambiente. Cogimos el tranvía que nos dejó en el mismo mercado y a disfrutar porque tenia un ambientazo. Son mercados pensados y hechos para la gente de allí y lo disfrutan muchísimo. Hay comida, vino caliente (que es lo típico) y chocolate caliente tambien. Una cosa que me resultó curiosa es que no te dan vasos de plástico. Pagas unos 2€ por una taza y te la van cambiando por otra limpia en los puestos donde paras. Si luego no la quieres, te devuelve el dinero. Como veis, una manera fácil y limpia de cuidar el medio ambiente.
En la catedral, puedes subir a las torres. Si tenéis niños muy pequeños, no os lo recomiendo pero si no, es una experiencia muy chula para ellos ¡los míos fliparon! y tienes unas vistas muy bonitas.
En la parte de atrás de la catedral, está el claustro y da al río por lo que si hace un buen día, puedes sentarte allí y admirar las vistas.
Basilea tiene un montón de museos que disfrutar con niños, pero estad atentos a los horarios porque suelen cerca mas temprano que lo estamos acostumbrados aquí.
Nosotros fuimos al de Historia Natural porque a mis hijos les encantan los animales y pudieron ver esqueletos de dinosaurios, tocar las pieles, o jugar a ser arqueólogos. Con la Basel card, ellos no pagan y los adultos solo la mitad.
Otra cosa que no os podéis perder es la fuente cinética de Jean Tinguely. Yo estaba deseando verla y a mis hijos les flipó!
Basilea conserva tres puertas antiguas de entrada a la ciudad de cuando estaba amurallada sobre el 1.400, y de ellas, la mas espectacular es la Spalentor. Podéis ir paseando hasta dar con ella y admirarla bien.
Por ultimo, fuimos a ver al ayuntamiento situado en el casco antiguo. Destaca su fachada en color rojo y adornada con pintura y en el interior la salas del consejo, el patio, las arquerias y la torre.
El segundo día cogimos el tren a Zurich que nos dejó en la estación central. El viaje dura alrededor de una hora así que no se hace nada pesado y una vez allí, la calle que sale justo enfrente es una de las calles principales del centro. Subiéndola, llegas primero a la iglesia de San Pedro, una de las cuatro más famosas de la ciudad por su torre del reloj que es uno de los mayores del mundo.
Siguiendo, llegamos a la Fraumünster, iglesia famosa por sus vidrieras realizadas por Chagall y Giacometti.
Justo en la parte trasera, está el río Limmat que divide la parte este de la oeste de la ciudad. Cruzando el río, está la Catedral o Grossmünster que es la iglesia más emblemática de la ciudad. En su interior tambien hay vidrieras realizadas por Augusto Giacometti y puedes subir a sus torres para tener una vista privilegiada de la ciudad (aunque nosotros no pudimos hacerlo porque estaban preparando la iglesia para un funeral de un antiguo futbolista famoso)
Andando por esta acera y siguiendo el curso del río (que, por cierto, es apto para el baño), llegamos al mercado navideño de Wienachtsdorf situado frente al edificio de la Opera que es una maravilla. Puestos para comer y beber, tiendas de artesanías, música sonando y una gran pista de hielo para disfrute de pequeños y mayores. Si el día acompaña, os recomiendo para y comer allí alrededor del gran árbol de navidad que está en el centro de la plaza, o a cubierto, al lado de la pista de patinaje que es lo que hicimos nosotros.
Después, os recomiendo bajar dando un paseo por Bahnhofstrasse, otra de las calles principales para deleitarte con su decoración navideña. En ella nos encontramos un pequeño tranvía conducido por Papa Noel, donde solo podían ir niños con unos monitores que van cantando y jugando con ellos.
Por esa misma calle se llega a Wendmuller Platz donde está el famoso Christmas Singing Tree que fue una de las cosas que más me gusto. De verdad que os recomiendo no perdéroslo para vivir una experiencia navideña total.
Y con niños, es parada obligatoria ir al Museo Nacional de Zurich a ver el espectáculo Iluminarium (buscarlo en Youtube para haceros una idea). Las entradas las puedes sacar con antelación por internet porque va por horas y tiene acceso limitado.
Para acabar el día, volvimos a la estación de tren para disfrutar del otro mercado navideño de la ciudad (este a cubierto) con más de 150 puestos y del gran árbol decorado por Swarovski que es una autentica pasada.
A la mañana siguiente, ya cogimos nuestro vuelo de vuelta a casa, pero ya veis que son unos días bien aprovechados y que con pocos días os podéis hacer una idea de lo que la ciudad.
Espero que os haya gustado el post. En mi perfil de Instagram, tenéis un destacado llamado "Basilea&Zurich" donde podéis ver los fotos y videos que hicimos esos días y cualquier pregunta o duda, dejádmela por aquí, que esté encantada de contestaros.
Besos!.
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